Este equipo de profesionales, liderado por la Universidad de Oxford, ha demostrado tras una década de seguimientos que la risa tiene efectos analgésicos: según destacaron los investigadores, sólo unos 15 minutos de ver comedias de televisión en compañía de amigos u otros seres queridos ayudará a disminuir la percepción del dolor.
Por el contrario, ver programas de otro tipo no ejercería tal efecto beneficioso. De acuerdo a lo explicado en el artículo, para obtener este resultado la risa debe ser "verdadera", es decir, venir desde dentro naturalmente, y no ser de "compromiso" o autoimpuesta. Pero además, estos efectos se maximizan cuando la risa en cuestión es "social", es decir, compartida.
La investigación también ha servido para confirmar los mecanismos responsables de este buen efecto sobre el dolor: por un lado, la sensación de agotamiento o relajación que se experimenta tras una buena dosis de risa verdadera y por su impacto positivo sobre el sistema cardiovascular. En este sentido, se ha detallado que sólo 20 segundos de risa equivalen a unos 3 minutos de ejercicio constante.
Pero además, reír también estimula la producción de endorfinas en el cerebro, analgésicos naturales endógenos, con efectos opiáceos y que una vez en nuestro sistema generan sensaciones placenteras y de sociabilidad, de aquí que también se las conozca como "hormonas de la felicidad".
Pero en simultáneo a esta investigación, expertos de la Universidad de Baltimore, Estados Unidos, también han dado a conocer los resultados de su último experimento en el cual indicaron a personas, de forma aleatoria y durante tres días, que miraran películas divertidas o estresantes.
Cuando los participantes veían las películas estresantes, su sistema vascular desarrollaba una respuesta negativa conocida como vasoconstricción, lo que reduce de forma peligrosa el flujo sanguíneo.
Por el contrario, tras mirar películas cómicas o divertidas, las personas presentaban una vasodilatación beneficiosa y cardiosaludable. Una vez más, los beneficios observados eran significativos y de magnitud similar a los obtenidos con ejercicio aeróbico sostenido.
Finalmente, los investigadores compartieron la "receta" cardiovascular: comer sanamente, hacer ejercicio regularmente y reír cada día. Así que ya saber, a vivir la vida con una sonrisa, que es gratis y retribuye beneficiosamente en tu salud, tanto a nivel físico como psicológico.
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