Al monje Dionisio el Exiguo se atribuye calcular que el nacimiento de Jesús se produjo en la noche del 24 al 25 de diciembre, por lo que también se ha unificado el criterio de que la concepción del Redentor ocurrió un 25 de marzo, cuando el arcángel Gabriel proclamó a María como “bendita entre todas la mujeres”, porque llevaba en su vientre a un niño engendrado, no creado.
La fecha de celebración del advenimiento del hijo de Dios coincide con fiestas paganas, como la que celebraban los romanos a finales del último mes en recordación al dios Sol, por lo que tan trascendente efeméride ha servido también de pretexto para soltar las amarras del desenfreno humano.
La Natividad del Señor es una historia de ternura que resalta la consolidación de la familia, el perdón, la fe y la solidaridad, dones que resume el sacrificio del Cristo parta redimir con su sangre el pecado humano.
Puede decirse que el nuestro ha sido un pueblo muy querido de Dios, que ha escuchado las súplicas que por intermedio de su hijo Jesús le han dirigido en momentos aciagos cuando fenómenos naturales, crisis políticas o el látigo de la injusticia y la represión han lacerado a la población.
Es por eso que los dominicanos deberían hoy levantar los brazos en señal de júbilo por el nacimiento del Salvador, en cumplimiento de las profecías, que después de su muerte y resurrección ascendió a los cielos y está sentado a la derecha del Padre.
La noche de hoy es propicia para el anhelado reencuentro o consolidación familiar y la reconciliación de los unos con los otros, en el entendido de que con la unión de buenas voluntades se podrá derribar la verja de la injusticia que aprisiona en la más abyecta miseria y marginalidad a millones de hombres, mujeres, niños y ancianos.
Al tiempo de formular votos por la ventura personal de todos los dominicanos, El Nacional informa que no circulará los días sábado ni domingo para que todo su personal disfrute a plenitud de las fiestas de Nochebuena y Navidad junto a los suyos y relacionados.
Las oraciones de hoy deben de hacer énfasis en los ruegos para que Cristo Jesús interceda ante Dios para que proteja y guíe al pueblo dominicano por sendero de paz, progreso, armonía, justicia y unidad. Que así sea.
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