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lunes, 17 de octubre de 2011

SENTIMIENTO: Ponga un alto al acoso!


Su calvario duró seis meses. Karina (nombre ficticio) hizo todo lo posible porque su jefe entediera que no estaba interesada en tener una relación con él, pero todo fue inútil: “Por más que le supliqué que me dejara tranquila, luego le advertí que tenía pareja y le dije que lo denunciaría, sus invitaciones a salir no paraban, hasta que un día intentó besarme por la fuerza, ese fue el día que decidí renunciar de la empresa donde trabajaba”, narra.

Karina es sólo un caso en la vorágine. Según una investigación realizada por el Ministerio de Investigación para la Acción Femenina (Cipaf) y divulgada a principios de este año, 31.7% de las trabajadoras dominicanas ha sufrido acoso sexual laboral, cifra global que involucra a ambos sectores, público y privado. Fueron entrevistadas 1,049 mujeres.
“La palabra acoso tiene que ver con las jerarquías y se trata de hostigamiento, de invadir el espacio de otra persona, es una agresión a las normas y a la privacidad del otro, al derecho de libertad que ese individuo tiene”, afirma el presidente de la Sociedad de Psiquiatría José Miguel Gómez.
Para definir el acoso debe existir una conducta reiterada, persistente y recurrente hacia la víctima.
No se denuncia
El tipo de acoso permite una definición más detallada, pero lo realmente importante es el sentimiento de impotencia que suele rodear a la víctima que aunque no siempre es mujer, sí lo es en una gran parte de los casos, en especial cuando se trata de acoso sexual laboral. El mismo estudio del Cipaf establece que el 56.2% de las mujeres acosadas en el trabajo no reportó el suceso por considerarlo insignificante.
“Buscar ayuda es importante; si se trata de acoso sexual laboral, se debe solicitar apoyo de Recursos Humanos y hacer público el caso entre compañeros cercanos”, dice Gómez.
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FORMAS DE ENFRENTAR ESTE PROBLEMA

Donde hay un trabajador acosado es posible que haya más que no se atreven a hablar. Conformando grupos de apoyo es posible dirigir acciones en unión con la directiva de la empresa, como publicar las reglas laborales sobre el acoso en los murales y solicitar que se impartan charlas sobre el tema. “De esa manera el acosador verá que se está hablando del tema”, dice el psiquiatra José Miguel Gómez.
 Depredadores de la dignidad
La definición de una situación tan compleja como el acoso tiene que ver con el tipo de que se trata. El psiquiatra José Miguel Gómez explica que no es lo mismo un acoso sexual laboral, que uno moral o escolar, aunque todos tienen que ver con el continuo hostigamiento de la víctima por parte de una persona que se encuentra en una posición de poder.
“Cuando hablamos del acoso escolar, el famoso ‘bullying’, es un hostigamiento que implica maltrato emocional, psicológico y a veces físico contra un niño o niña por parte de otro, y frecuentemente se da en los preadolescentes, entre 10 y 13 años”, dice Gómez. Explica que el origen puede estar en la intolerancia hacia otros por su raza, contextura física, falta de habilidades o algún rasgo físico.
El ‘bullying’ es el acoso donde hay intimidación y maltratos físicos o emocionales entre niños. Las consecuencias para las víctimas incluyen fobia o ansiedad social, aislamiento, apatía, temor (no quieren salir al recreo o a deporte), bajo rendimiento escolar, baja autoestima y autoconcepto y miedo a la confrontación. Todo ello puede marcar decisiones futuras en la vida emocional de esa persona.
Acoso sexual laboral
Puede ser de dos tipos. Según Gómez, presidente de la Sociedad Dominicana de Psiquiatría, el acoso sexual puede verse de médico a paciente o abogados a clientes: “Se da muy frecuentemente dada la intimidad de los trabajos, donde el que busca la ayuda entiende en términos jerárquicos, que el otro está por encima de él y de eso se aprovecha el acosador sexual, de su posición de poder”. En las empresas suele ser muy común este tipo acoso porque el jefe se siente con el poder de ser quien emplea o paga. Desde ese punto de vista, el acosador busca tener gratificación sexual inicialmene con seducción, galanteo y propuestas.
Luego busca intimar a la fuerza, apropiándose físicamente de la otra persona o manipulando con intimidación o chantaje.
“El acosador sexual laboral con poder puede ofrecer aumento de sueldo, dar vacaciones o algún beneficio o prebenda a cambio de sexo, o también puede haber amenaza de expulsión del trabajo”, dice el psiquiatra. Es importante recordar que el acosador nunca se siente mal pues la mayoría tiende a tener rasgos antisociales de la personalidad y en casos avanzados algún grado de psicopatía.
El acoso moral
Finalmente está el acosos moral, aquel donde el acosador busca invalidar a su víctima, hostigándola en término de posiciones éticas o morales frente a la sociedad, donde se quiere desprestigiar o chantajear en términos de la dignididad de la persona. “Ese acoso puede darse en la vida laboral, en la política, la religión y la vida comunitaria y va relacionado a una relación de poder, pero a una relación interpersonal de rivalidad donde uno de los individuos no es sano y como no tiene capacidad de competir de manera justa, recurre a golpes bajos y llega al acoso”, explica el médico.
Con este acoso se busca controlar, es una competencia malsana y cuando se hace pesistente y recurrente puede ocurrir a través de grupos sociales estructurados, o grupos dentro de una empresa o trabajo. El acoso moral suele implicar envidia, celos y perversidad y puede conducir a la víctima al deterioro personal y a abandonar los proyectos.
Valga decir que “el acosador moral no maneja afectos, arrepentimiento o culpa, suele ser un individuo frío, calculador, cínico, hábil, inteligente y depredador, un depredador de la dignidad y de la vida organizada de los demás”, dice Gómez.
Métodos para salir
Buscar la salida de una situación de acoso depende del tipo. Gómez ofrece algunos consejos: El acoso escolar: El orientador o psicólogo de la escuela debe organizar dinámicas que rompan la estructura de acoso. Debe haber actividades estructuradas en términos psicosociales y dinámicas de grupos para trabajar la cultura de diferencias, la tolerancia y las habilidades sociales en niños, niñas y adolescentes. Nunca es buena idea excluir a los niños o sacarlos del colegio por esta causa.
El acoso sexual laboral: Si se trata de acoso de parte de un médico u otro profesional la persona puede prescindir de sus servicios. Si se da en su trabajo debe buscar ayuda de recursos humanos para que se tomen medidas sin perjudicar el derecho laboral de la víctima.
El acoso moral: La víctima debe tener mucha sanidad mental para confrontarlo y no excluirse. Se trabaja con la víctima para que no confronte mucho al acosador, pero que ponga límites y busque la confrontación validada por terceros, nunca a solas. Se debe auxiliar del departamento legal de la empresa y tener cerca a sus grupos de referencia.
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EL PROCESO QUE VIVE LA VÍCTIMA

La víctima: Pasa por una fase aguda que puede durar entre 3 y 6 meses, donde puede haber cambios psicoemocionales como trastornos del sueño, estrés, depresión, inadaptación social, consumo de alcohol, abuso de sustancias o conductas erráticas. Cuando esta pasa y se trabaja el duelo, los sentimientos de culpa, la victimización y el daño emocional, entonces la persona empieza a superar.
Siempre se recomiendan de 10 a 15 sesiones de psicoterapia cognitiva o conductual personalizada donde se refuerzan factores protectores y actitudes mentales positivas.

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