Las perforaciones en la zona genital están relacionadas principalmente con mejorar la estimulación durante las relaciones sexuales...Los piercing, al igual que los tatuajes, son parte de la personalidad. En ese mundo no hay límites para adornar e individualizar aún más el cuerpo.
En el caso de los piercing en zonas genitales, los motivos van más allá de lucir simple adorno o la personalización, pues se relaciona con la búsqueda de nuevas sensaciones en las relaciones sexuales.
Para las mujeres, los piercing más comunes son:
Capuchón Clitoridiano Horizontal, o HCH. Su uso está relacionado principalmente por motivos estéticos, porque para favorecer la estimulación sexual tendría que colocarse en una mujer cuyo clítoris esté bien expuesto, ya que en cuanto no haya simetría el aro o barra circular que suele emplearse tenderá a ladearse. Antes de su colocación deberá asegurarse de que no obstaculice la vascularidad de la región para evitar daños futuros.
Capuchón Clitoridiano Vertical, es el más conocido y solicitado. Es la perforación que se realiza siguiendo la línea vertical de los propios genitales femeninos, por lo que es bastante cómodo de llevar. El piercing pasa a través de una delgada capa de tejido sobre el clítoris, siendo los adornos los que tocan a éste último, recibiendo así una estimulación más directa.
Triángulo. Se sitúa horizontalmente en el tejido del eje del clítoris y arriba de los labios menores (frente al hueso púbico). Es útil para la estimulación sexual siempre que el tamaño de esa área no sea excesivamente pequeño, por lo que no es una opción viable para todas las mujeres.
Outer labia. La parte exterior de la vulva está formada por labios mayores que pueden ser perforados en su totalidad. En épocas antiguas se colocaba a las mujeres un candado para que no tuviesen relaciones sexuales.
Para los hombres, las perforaciones más usuales en la zona de los genitales son:
Ampallang. Es un anillo que atraviesa horizontalmente el glande sobre la uretra. Al ser una perforación transuretral, la orina ayuda a mantenerlo limpio. De igual forma, como queda dividido por la uretra a la mitad, la cicatrización es más rápida porque equivale a dos piercings cortos.
Dydoes. Se trata de dos barritas de acero con dos bolitas en los extremos situadas en torno al borde del glande.
Guiche. Se coloca horizontalmente en la tira de la piel comprendida entre el escroto y el ano. Es muy difícil de realizar, y muy molesto para aquellas personas que son hipersensibles y que pasan muchas horas sentados.
Las perforaciones en las zonas genitales la mayoría de las veces están directamente relacionadas a mejorar la calidad de las relaciones sexuales.
En las mujeres, si el anillado entra en contacto con el clítoris y el punto G, que son las dos principales zonas erógenas genitales femeninas, es posible que mejore la estimulación.
En el caso de los varones, la mayoría lo hace para dar más placer a su compañera en el momento de la penetración, aunque en general refieren obtener más sensaciones si se los colocan en los pezones, lugar que antes les pasaba más desapercibido sensualmente.
Para las personas que deseen realizarse una perforación de este tipo deben recordar los riesgos y restricciones.
No todas las personas pueden perforarse, por ejemplo quienes padecen hemofilia y presentan escasa coagulación de la sangre, las pequeñas heridas del proceso podrían ser peligrosas. De igual forma, quienes sufren alergias deberán consultar antes al alergólogo para que indique si la joyería y el material empleado en contacto con la piel les afectará o no.
Asimismo, la complicación más frecuente es la infección, esto no significa que sea inevitable, pues si se siguen las pautas de higiene y cura recomendadas, tanto en el proceso de la perforación (esterilización del material y aparatos), como en las semanas posteriores (limpiarlos de 2 a 3 veces al día), la probabilidad de que se infecte son mínimas.
Antes de tener relaciones sexuales lo recomendable es desinfectar la zona y limpiarla con jabón antibacterial, además de evitar tenerlas hasta que concluya bien la cicatrización (entre 4 y 6 semanas, a veces hasta tres meses).
De no realizarse un procedimiento adecuado en la colocación de los piercing pueden surgir problemas como daños vasculares en los tejidos circundantes o hemorragias.
En cuanto a las cicatrices, conviene señalar que podrían afectar al orificio uretral, a la desviación del pene en la erección, o cuando menos a la estética del área genital.
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