Hay un mito popular que dice que con los amantes nos animamos a sacar nuestro costado sexual más aventurero, explorador, transgresor. ¿Es realmente así? ¿Se vuelve rutinario el sexo en una pareja estable?
De los encuestados (hombres y mujeres en igual proporción), un 70 por ciento confesó haber tenido amantes y la mitad de ellos lo hicieron en más de una ocasión. El disfrute, las herramientas de seducción y conquista parecen aumentar en este tipo de encuentros; de aquellos que tuvieron amantes, el 70 por ciento aseguró que sintió más placer que con sus parejas estables.
¿La fugacidad del momento, el secreto y la prohibición, la novedad, generan un extra de entusiasmo? Al parecer, sí. Porque el 78 por ciento se animó a compartir con sus compañeros ocultos secretos sexuales que los llevaron a cumplir sus fantasías, pero esto no ocurría con su compañero de siempre (solo el 37% se animó a cumplir sus fantasías con la pareja). ¿Causas? La mayoría cree que esta falta de capacidad de innovar en la cama es a causa de la rutina y la monotonía. Quizá conocer demasiado las costumbres y el cuerpo del otro nos lleve a... ¿desear menos?
Encuentros donde el tiempo apremia. Citas clandestinas de un par de horas en donde el único objetivo es el placer y no se discuten problemas porque el mundo cotidiano se suspende e ingresamos en una "burbuja de disfrute". Sexo en lugares que predisponen a la diversión y a la despreocupación, como boliches, bares y hoteles temáticos. Estas son algunas de las razones por las cuales, sin la lucha cotidiana de la rutina, podemos experimentar más.
Este tipo de vínculo con el amante: pasional y al límite, provoca en la persona sentimientos encontrados de amor y odio: 'te deseo aunque me hagas mal'. Es una relación que funciona en el 'aquí y ahora', no se proyecta en un futuro juntos. Es la intensidad de lo inmediato. Estas personas no se imaginan conviviendo con el/la amante, tampoco dejando a sus parejas e hijos, les atrae con fuerza irrefrenable 'la adrenalina' del momento. Este tipo de relación “adictiva” o dependiente se nutre del otro como si saciara vacíos personales. Prima la pasión por sobre la razón. Y en general, mirado desde afuera, tiene más contras que beneficios, pero la persona minimiza los riesgos o ingenuamente cree que los demás no se darán cuenta. Es posible que se desoigan las consejos de personas cercanas, los oídos se cierran a las críticas.
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