Hemos llegado este sábado 31 al día final del año 2011. En consecuencia, esta noche nos tocará despedirlo para recibir el Año Nuevo 2012.
Quizás como ningún otro, este ha terminado muy intenso por las decisiones constitucionales y la campaña electoral que se han combinado con las gestiones cotidianas para solucionar las múltiples tareas que implica cerrar y recibir otro año.
Otra vez habrá un operativo de seguridad compuesto por 22 agentes de la Policía Nacional y 32 mil brigadistas que irán a las calles para cuidarnos a todos, bien porque nos quedemos en el entorno de nuestras casas o que decidamos tomar carreteras para celebrar en algún otro lugar del país.
En las fiestas de Navidad la semana pasada fallecieron 26 personas y muchas resultaron heridas en diversos accidentes, mayormente de tránsito.
Es importante que evitemos que tantas personas mueran porque muchos de los que conducen lo hacen en estado de embriaguez, en exceso de velocidad y sin observar las normas que indican la ley y la prudencia.
Es necesario que cada una de las personas que andan montadas en un vehículo se constituya en un vigilante de su propia seguridad y del grupo, asumiendo responsablemente su oposición a que alguien conduzca ingiriendo bebidas alcohólicas.
Creemos que debemos recibir este Nuevo Año con esperanza. Y cada uno ha de tener una buena razón para ello.
Quienes están en la oposición porque luchan por ganar el poder y quienes lo detentan por no perderlo. En ese propósito, el trabajo será intenso para ambos y se requerirá de mucha claridad, entusiasmo y laboriosidad.
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