ENCUENTRO: Iglesia del Santo Cerro

Ubicada en lo que antes era la antigua Vega Real, se encuentra una emblemática iglesia, la cual es visitada por religiosos, turistas y amantes de las culturas e investigaciones.Se trata del santuario Nuestra Señora de las Mercedes o  la iglesia del Santo Cerro, como comúnmente se le conoce, por estar ubicada en la comunidad que lleva el mismo nombre.

Según datos históricos, en 1495,  mientras se libraba una batalla entre indígenas y españoles, apareció la Virgen de las Mercedes en una gran cruz de madera, que había levantado Cristóbal Colón debajo de un árbol de níspero. Esto hizo que los indígenas huyeran despavoridos del lugar, y los colonizadores obtuvieran el triunfo. 

Antes de morir, el descubridor de América  pidió a su hijo Diego, la construcción, en este cerro, de una iglesia en nombre de la Virgen de las Mercedes, hecho que no materializo. Luego, en 1880 el santuario del Santo Cerro fue levantado y desde entonces es un lugar de peregrinaje, donde cada 24 de septiembre se celebran las fiestas patronales en honor a la Virgen de las Mercedes. Esta fiesta religiosa, cargada de florclore, símbolos y mitos, atrae a miles de creyentes de todo el país.

Visitar este santuario produce una gran satisfacción, no sólo por la paz espiritual y la religiosidad, sino también por la belleza visual que se percibe en su infraestructura complementada con una llanura y una vegetación sin igual, que el genovés Cristóbal Colón calificó como “una belleza nunca vista por ojos humanos”.

Esta obra arquitectónica diseñada por Onofre de Soga y Roco Cochia, posee un techo abovedado, con una cúpula de ocho ventanales realizados en cristal propio del estilo gótico, que permiten que penetre la luz natural dentro de la edificación.

El techo está diseñado sobre la base de una mezcla de estilos entre ellos:  románico, neoclásico y romántico.  La arquitectura interior del templo tiene detalles en madera tallada y pasillos arqueados. En la parte superior tiene figuras alegóricas a los evangelios de Lucas, Marcos, Mateo y Juan, los cuales fueron pintados en el 1920. 

Muchos de los peregrinos, principalmente de pueblos cercanos como La Vega, Santiago, Moca, Jarabacoa, Cutupú y otros, deciden subir al Santo Cerro a pie en señal de penitencia y alabanza a la virgen, pero otros llegan en tours en autobuses, minibuses y vehículos particulares.

Aunque la mayoría de los fieles provienen de las 14 provincias del Cibao, también todos los años acuden al santuario del Santo Cerro, de La Vega, personas de Santo Domingo, el Este y hasta del lejano Sur, que llegan a ese lugar a rendir culto a Nuestra Señora de las Mercedes. En los últimos tiempos ha habido un aumento de la presencia de personas de todas las razas y culturas, no solo a nivel nacional, sino internacional.

Dada la gran cantidad de personas que visitan este santuario, se construyó en el área frontal, una capilla para el encendido y la quema de velas para cuando las personas van a cumplir promesas, vitar así el exceso de calor y un posible conato de incendio dentro del templo.

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Para llegar al Santo Cerro hay dos vías de acceso: una que va desde La Vega hasta Moca, que le llaman la carretera vieja y la otra que va desde la autopista Duarte hasta el Santo Cerro.

Regularmente los peregrinos dejan sus vehículos al pie del cerro y suben a pie, algunos cumpliendo promesas y otros para disfrutar de la frescura del imponente valle. 

La entrada es gratis, pero recuerde es un templo sagrado y no se admiten pantalones cortos ni blusas reveladoras, pero sí puede tomar fotografías. Esta iglesia es cuidada por las monjas y  sacerdotes, a pesar de haber un horario establecido de misas, cuando llegan fieles en peregrinaje, les ofrecen servicios de confesión, asistencia espiritual y la celebración de la eucaristía.

Souvenirs

Para quienes quieren llevar un recuerdo o continuar venerando a la virgen en sus casas, la parroquia posee una tienda donde se expenden artículos religiosos. Además, en todo el trayecto del cerro, hay diversos tarantines que ofertan imágenes religiosas y otros souvenirs. 

Astutos vendedores del pequeño poblado, que ha crecido en la vecindad, venden imágenes de la famosa Virgen de las Mercedes impresa en camisetas y estampitas, tallada en cruces en miniatura, además de botellas de agua fría, refrescos, comida rápida y los conocidos roquetes.