Múltiples razones han convertido el alcanfor en un producto popular: su olor, su capacidad de absorber la humedad, controlar malos olores y sus propiedades medicinales. Pero poco se habla del daño que puede hacer esta sustancia en quienes la usan frecuentemente.
El alcanfor es dañino y no existe ninguna duda. Aunque en nuestro país se comercializa como el pan en cualquier esquina, hace ya décadas que la Agencia de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) se pronunció en contra del uso medicinal del alcanfor, estableciendo un límite para la concentración del mismo en medicamentos y sacando muchos otros del mercado.
Y según el neumólogo y broncoscopista Alfredo Matos, esta restricción también se ha aplicado en otros países. “En países industrializados, como Italia, lo han sacado de circulación, por considerar que los efectos secundarios son mayores que los beneficios que proporciona. El porcentaje a nivel de los medicamentos puede variar según la casa farmacéutica, y el uso que se le vaya a dar, pero la FDA ha aprobado un 11 % para el consumo humano, algo que data desde el 1980. Además la FDA lo ha aprobado sólo en aquellos medicamentos que tienen que ver con la piel (ungüentos).
¿En qué puede afectar el alcanfor? Así tan noble como se le considera y lo muy utilizado que es, el alcanfor puede tener efectos nocivos como “irritación de las vías aéreas, congestión bronquial o broncoespasmos, cirrosis hepática, irritación de la piel, asfixia, y la ingesta oral puede causar envenenamiento, irritabilidad, coma y la muerte en dosis altas”, explicó Matos.
No deja de ser cierto que el alcanfor, combinado con otras sustancias como el eucalipto y el mentol, tiene efectos descongestionantes. El especialista indica que al utilizar vapores de esta mezcla (presente en ungüentos e inhaladores nasales) penetran en las vías aéreas y producen una sensación de frío, descongestionando, reduciendo la irritabilidad de las vías y los cuadros de exacerbación de tos. Sin embargo, “cuando esto se hace muy cotidianamente y en exceso, se puede producir lo contrario, produciendo broncoespasmos en los pacientes, además hay que tener mucha precaución en pacientes asmáticos, alérgicos y atópicos, porque puede ser muy dañino”, recomienda Matos.
Sustancia tóxica y narcótica. El alcanfor es metabolizado en el hígado y, ya sea utilizado por ungüento o inhalación, puede afectar este órgano cuando se utiliza más de lo debido, pudiendo causar una cirrosis hepática.
El alcanfor también tiene efecto narcótico, “producido por depresión del sistema nervioso central, que produce alucinaciones, confusión mental, convulsiones, coma y finalmente la muerte”, señala el neumólogo del Hospital General Plaza de la Salud.
Usos populares
El alcanfor se ha utilizado para múltiples situaciones como la impotencia sexual, hemorroides, antiparasitario, dolores abdominales, dolores de muelas, para la artritis, como descongestionante, para la tos, como antiséptico, supresor de la lactancia materna y hasta para el mal de ojo. En casos exagerados se les ha amarrado un pañito con alcanfor en las piernas a niños “para que no les caiga nada malo o no se lo trague la bruja”. Pero en sentido general es muy dañino, asegura el doctor Matos.
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