Muchas personas hacen de sus vidas un verdadero barco a la deriva, al posicionar sus prioridades en cosas que no son importantes, sobre todo los más jóvenes, que creen tener todas las razones para vivir en la ley del mínimo esfuerzo y, por lo tanto, terminan viviendo en una mediocridad espantosa. Algunos terminan despersonalizados, siguiendo la corriente que no los lleva a lugar alguno, adictos de las modas pasajeras y de lo que otros dictan como correcto, terminan siendo personas sin criterio ni originalidad, y más vale ser como dijo un filósofo: “prefiero ser original que ser una copia de alguien”.
¿Vale la pena seguir un barco sin dirección?, o ¿es que no tendremos escapatoria a lo que la sociedad dicta como lo deseable y lo imitable aún a costa de lo que nos ofrece en otras palabras falta de contenido?
Personas que han tenido grandes logros han sido criticados por la sociedad misma, y solo cuando alcanzan aquello que se cataloga como imposible es cuando reciben atención, incluso de aquellos que se han dedicado a atacarles. Tener un punto de referencia significa darle contenido a lo que se quiere, “ser original”, crear tu propia forma, e ignorar lo que las masas tienen como icónico. Esto implica darte el elemento de originalidad que muchas veces pasa desapercibido, el cual se logra siguiendo lo que tu corazón te indica.
Cuando un estudiante se burla de mí, y me ofrece su mofa muchas veces llena de desprecio, es cuando entiendo que no es a mí a quien lanza esa idea sino a sí mismo, porque a mis 40 años he aprendido y tengo logros y una historia por contar. La actitud burlona con que afrontan la vida esos jóvenes, la falta de valoración al esfuerzo, el deseo de no esforzarse, y el vivir con una actitud hedonista y desenfrenada, los tiene alejados de la realidad, y no dejo de sentir pena por el futuro que seguramente deberán enfrentar.
Pero nadie aprende en zapatos ajenos, y a lo mejor esas “adversidades” con las cuales se enfrentarán terminarán por formar el carácter de ellos ya en su etapa de adultez, pero por igual eso representará un tremendo desgaste hasta que encuentren el valor de lo que hoy desprecian. La educación es un valor que permite el desarrollo personal, el contenido de las personas no está en lo que poseen sino en lo que sienten en sus corazones, el valor interior de las personas es lo que les lleva a ser personas llenas de grandeza, a enfrentar la adversidad a veces sin recursos y solo lo logran aquellos que saben valorar lo que la vida les ofrece en forma de oportunidades. La humildad es un gran valor porque te recuerda que siempre todos tenemos algo que aprender, nadie lo sabe ni lo conoce todo, siempre debemos estar dispuestos a aprender aun cuando consideremos que podemos mofarnos de algo o de alguien; pues al final del camino siempre tenemos algo que descubrir y solo cuando nos abrimos a esa posibilidad es que avanzamos en la vida. Si deseas que ese barco llegue a un puerto seguro debemos de entender que el respeto y la humildad puede enseñarnos a triunfar en nuestras batallas personales.
Ezequiel Méndez
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