No conforme con humillar a miles de pasajeros que quedaron varados por un paro sorpresa ayer temprano, los dueños del país aplicaron por su cuenta otro aumento de cinco pesos en la tarifa del transporte, lo que demuestra que para esa gente no hay ley ni orden.
La ciudadanía ha quedado indefensa y a merced de esos depredadores que imponen la ley de la selva, como ha sido el acto cruel de paralizar el transporte a comienzo del día cuando la gente tiene obligación de trasladarse a sus centros de trabajo o de estudio.
Pasajeros que lograron abordar un minibús en el sector El Valiente de Santo Domingo Este, fueron atacados a pedradas por hordas de delincuentes con saldo de varios heridos.
A pesar de que el propio presidente Leonel Fernández ofreció imponer un tributo adicional a la comercialización de combustibles para proveer de mayores privilegios a esos empresarios, al menos dos de esos cárteles paralizaron labores y decretaron incremento en el precio del pasaje.
Partió el alma observar tanta gente que pugnaba por abordar un vehículo público, mientras uno de los prebostes del transporte anunciaba que convocarán a más paros sorpresas.
El Gobierno entrega cerca de cinco mil pesos mensuales a más de 20 mil choferes del transporte público de Santo Domingo y Santiago, pero aun así los mentados dueños del país imponen aumento de tarifa o convocan a paros cada vez que les da la gana.
Es claro que el Gobierno ha perdido la batalla frente a esos clanes que controlan el negocio del transporte de pasajeros y de carga y, por consiguiente, la ciudadanía queda en el papel de cordero ante esos leones de la selva.
Por el poder que exhiben esos grupos mafiosos, de paralizar cada vez que deseen un servicio de orden público, de saquear los bolsillos de la gente y de imponer el terror, puede decirse que el presidente Fernández gobierna en Palacio, pero en las calles mandan y ordenan los duelos del país, los leones de esta selva.
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