Cuando se intentó elegir la palabra más fea de nuestro idioma, la más barajada en las encuestas virtuales fue “gonorrea”. Blenorragia, gargajo, chancro, vómito, o pedófilo no lograron destronarla. Si se vive con ella, es peor que un término malsonante:Dolores en la uretra, secreciones purulentas con el color de un pie de limón y ardores al orinar conforman la miseria de sus víctimas. Además, un estudio reciente demostró que no conforme con todo esto, la Neisseria Gonorrhoeae también replica nuestro ADN.
Un estudio de la Escuela de Medicina de laUniversidad de Feinberg demostró que la bacteria presenta en su propio genoma adenina, citosina, guanina y timina, compuestos que por lo general ostentan los seres humanos.
Esta copia que hace el gonococo es con fines adaptativos. “Las secuencias genéticas determinan la generación de proteínas. Los genes son las instrucciones para que la célula genere proteínas, que son estructuras o ladrillos que construyen membranas, núcleos, huesos y la piel… Cuando tengo una secuencia similar a la de mi enemigo, es decir mi huésped, al que yo quiero infectar, intento parecerme a él”, explica Roberto David Rodríguez, máster en microbiología.
En palabras simples, lo que hace la bacteria con el ADN es una especie de espionaje. Consigue información genética, la “piratea” y luego utiliza esta información para infiltrarse, ya que finge ser una parte normal del ser humano, por lo que el sistema inmunológico pasa por el lado sin detectarla ya que posee genes “normales”. Así, aprovecha para hacer de las suyas en la uretra, provocando una infección purulenta que produce dolores y secreciones de pus.
Este tipo de mutaciones genéticas son parte del mecanismo inconsciente de las bacterias para sobrevivir al ambiente. “Los plasmídeos son elementos que generan las bacterias para la resistencia antibiótica. En una población de 100 bacterias yo tiro un antibiótico ‘x’, se van a morir 95. Quedarán 5 sobrevivientes que desarrollarán una estrategia genética que subsista frente a la carga de antibióticos”, ejemplifica el Dr. Rodríguez.
De la misma forma, se adaptan para esconderse en virtud de esta réplica que realizan. “Tengo anticuerpos, células linfáticas (linfocitos) que van a atacar a lo extraño a mi cuerpo. Si mi enemigo se parece a mí, se mimetiza y yo permito que me invada sin que tenga una respuesta de defensa”, añade el experto.
¿QUÉ ES LA GONORREA?
“La gonorrea es una enfermedad infecciosa catalogada como enfermedad de transmisión sexual”, explica Rodríguez. “La primera vez que te infectas, en el hombre acontece lo que se llama la uretritis gonocócica, que es la inflamación de la uretra en un periodo de incubación bastante corto, aproximadamente de 5 días, en los que empiezas a experimentar la sintomatología: Dolor al orinar, y especialmente en la mañana aparece secreción purulenta por la uretra, color de pie de limón. Mezcla entre blanca y verdosa”.
Sin embago, hay muchos tratamientos contra ella, sobre todo con antibióticos. El problema es detectarla en la mujer, donde según el experto “es menos notoria, ya que la infección coloniza el cuello del útero y no le duele, y muchas veces se confunde con las secreciones que las mujeres tienen”.
Como otros síntomas en las mujeres, el gonococo “indirectamente puede facilitar que las clamideas y el micoplasma asciendan por el canal del cuello, lleguen a colonizar el huevo y produzcan un parto prematuro”, observa el médico. “Puede también afectar la concepción, ya que cierta infertilidad podría estar asociada a la presencia de esta bacteria, como efecto secundario”.
EL AMOR QUITA EL CONDÓN
El doctor Roberto Rodríguez recomienda no confiar tanto en la pareja como en un buen diagnóstico. Si bien uno genera compañerismo y lazos románticos, nada asegura que no haya una bacteria (o quizás algo peor) dando vueltas por ahí. “El 85% de las mujeres con VIH creían que su pareja no tenía problemas”, remata el microbiólogo.
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