República Dominicana ha sido el principal destino de la migración haitiana. Pero la avalancha de indocumentados se ha incrementado a niveles exorbitantes tras fenómenos tan devastadores como el terremoto del 12 de enero de 2010, las inundaciones y ahora por la funesta epidemia de cólera que ya ha cobrado más de tres mil vidas.
En tanto la solidaridad internacional se queda en discursos los dominicanos tienen por razones humanas que cargar con la desgracia de los haitianos, porque de lo contrario se exponen a infundadas acusaciones de que persiguen, discriminan o sobreexplotan a los nacionales de la vecina nación.
La intromisión de Amnistía Internacional al pedirle al Gobierno que detenga las repatriaciones indica también que los gestos del Gobierno con Haití han servido de muy poco frente a una comunidad internacional interesada en dirigir a control remoto las relaciones entre los dos países.
La organización puede pedir a Estados Unidos, Francia y Canadá que acojan a los indocumentados repatriados desde República Dominicana, una nación que no puede más y que ha sido tan solidaria con sus vecinos que no cerró la frontera ni siquiera ante la epidemia del cólera. Se optó por un cordón sanitario para prevenir el trasiego de la enfermedad.
Pero Amnistía Internacional y una gama de organizaciones sólo saben abrir la boca para protestar por cualquier decisión que desde su punto de vista perjudique a los haitianos en esta parte de la isla, sin reparar en la soberanía ni en las razones para decisiones en realidad dolorosas.
Otra cosa hubiera sido si en las repatriaciones se vulneraran los derechos de los haitianos. A éstos se les respetan sus prerrogativas a la hora de ser devueltos a su territorio. Es lamentable la situación de alto riesgo a que se exponen los repatriados, pero las autoridades no pueden cargar con el problema haitiano.
Amnistía Internacional y todas las entidades preocupadas por la suerte de los haitianos deben iniciar una cruzada para ayudar a la recuperación de esa nación, pero no censurar a República Dominicana por hacer uso de un derecho soberano.
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