El rescatado minero chileno, Edison Peña, un atleta nato de campo y pista y que fue invitado a correr en el Maratón de Nueva York 2010, se ha convertido desde su llegada hace dos días a la ciudad en la principal atracción del evento para la metrópolis y los medios nacionales e internacionales.
Peña, quien fue presentado ayer en conferencia de prensa por el comité organizador de la competencia, dijo que vino a Nueva York para demostrarle al mundo que puede correr y que “sí, se puede”. El propósito de los organizadores fue el de traerlo para reconocer su valor como uno de los 33 mineros sobrevivientes, ofrecerle una comida especial, sentarlo en una de las carpas mientras los corredores se acercaran a la meta, hacer con él un recorrido o llevarlo de compras.
Pero el minero Peña decidió que también puede competir en un maratón al que acuden corredores de todo el mundo y que es uno de los famosos del orbe. “Este es un reto inmenso, porque pude haber venido como espectador, sólo para mirar, pero quise correr como uno de los tantos atletas del maratón de Nueva York”, explicó el minero.
La jornada deportiva que tiene 26.2 millas de distancia y duración de seis horas, está programada para este domingo en la mañana y Peña será el primero que compite luego de haberse entrenado a una profundidad de 700 metros bajo tierra, mientras estaba con sus compañeros en la mina a la espera de ser rescatado.
“Corría por los túneles de la mina para conseguir mi propia salvación, corría por la vida”, dijo Peña que fue el minero #12 en ser sacado del subsuelo en la cápsula aportada por la NASA al gobierno de Chile para el histórico rescate seguido por espectadores de todo el mundo.
“Quería que Dios viera que quería mantenerme con vida”, sostuvo. Explicó que sus carreras no fueron inmediatamente luego del derrumbe, porque era muy difícil, pero “le había prometido a Dios que iba a correr y lo hice”. Se cortó las pesadas botas usadas en el trabajo que llegan hasta las rodillas y las redujo a la altura del tobillo.
“No había luz y el calor estaba a 30 grados todo el día, pero busqué la forma y lo logré”, añadió el minero. “Nunca dije que no podía, siempre mantuve la fe y correr allí abajo me ayudó a mantener conectado con Dios”. Precisó que venir a competir en el Maratón de Nueva York, era uno de sus sueños que ahora realiza.
“Pero, mi primer sueño fue volver a ver la luz del día”, manifestó el rescatado. Aclaró que no ha venido al maratón a hacer grandes marcas, sino a correr. Cuatro de sus compañeros están recibiendo terapia y Peña se mantienen en contacto con ellos.
Expresó que en su carrera en el maratón de este domingo, estará representando a los 32 mineros restantes que quedaron en Chile. “La gente cree que somos héroes, pero yo no lo veo de esa manera, eso fue lo que nos deparó el destino, porque tuvimos muy pocas posibilidades de salir de esa mina con vida, pero lo logramos”.
Agradeció el trato que le han dispensado los organizadores del maratón, competidores que le reconocieron en el mismo vuelo de Chile a Nueva York y a toda la ciudad. En la rueda de prensa estuvo también el jugador de fútbol americano Amani Toomer, quien regaló a Peña un reloj de lujo de los que él usa y otro con un cronómetro para que ayude al minero en la carrera.
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