Quizás creas que es lo mismo, pero dos sexólogas explican las diferencias.
Atención, allá va un jueguecito: que levante la mano quien haya tenido o experimente con frecuencia un 'squirting'. (Ok. No te vemos, en realidad da igual si la levantas o no, minuto de silencio). La cuestión es que en tu imaginario, con 'squirting' quizás hayas visualizado ese líquido que sale de tu uretra cuando llegas al orgasmo, ¿no? O sea, ¿la eyaculación femenina? Pues no, esa equivalencia que tan comúnmente se hace es errónea (¿lo sabías?), y aquí hemos venido a explicarte qué es cada acción y las diferencias que existen entre la eyaculación femenina y el 'squirting' porque, ante todo, cultura general en cuanto a nuestros cuerpos se refiere, claro que sí.
Lara Ferreiro, psicóloga, sexóloga y colaboradora de la web de citas para casados Ashley Madison, considera que la cultura popular es la que ha hecho esa asociación entre la eyaculación femenina y el 'squirt'. "La traducción de la palabra inglesa 'squirt' es chorro, algo que se podría asociar al orgasmo femenino. El problema es que, a raíz de verse en la pornografía, se ha ido popularizando y algunas personas traducen equivocadamente este término como 'eyaculación femenina', pero son conceptos diferentes. Además, ni uno ni otro ocurre necesariamente durante el orgasmo", apunta.
LA EYACULACIÓN FEMENINA VS EL 'SQUIRTING'
Una relación sexual se compone de 4 etapas: "Deseo, excitación, orgasmo y resolución (esta última es el tiempo de recuperación hasta volver a la 'normalidad')" –desarrolla Ferreiro–. El orgasmo es el punto más alto de la excitación sexual y tiene dos componentes, el fisiológico y el psicológico":
El fisiológico "se reconoce por una serie de contracciones involuntarias periódicas que se experimentan, con una duración media de entre 15 a 20 segundos", apunta.
Cuando el psicológico entra en juego durante el orgasmo, "hace que se desconecte el 'lado lógico' del cerebro, se activa la zona de las emociones y se siente un placer máximo sin poder pensar en otra cosa", añade.
PUBLICIDAD - SIGUE LEYENDO DEBAJO
Y durante la relación sexual (o la masturbación con tus manos o con tus juguetes sexuales preferidos), no solo durante el orgasmo, las mujeres segregan diferentes fluidos. "Dependiendo desde dónde, van a tener un nombre u otro", la sexóloga continúa:
"Si es desde la vagina, lo llamaremos lubricación".
"Si es desde las glándulas de Skene, también conocidas como la próstata femenina, lo llamaremos eyaculación femenina".
"Si es desde la uretra, se producirá el famoso 'squirting'. En algunas ocasiones, el 'squirting' también se puede segregar desde las glándulas de Skene".
El hecho de que la eyaculación femenina y el 'squirting' se puedan expulsar desde la misma zona es lo que ha generado tantas confusiones. "La gran diferencia está en su cantidad y composición. En la eyaculación femenina, la cantidad segregada de fluido es mucho menor, es espeso y blanquecino", apunta las sexóloga.
Según un estudio realizado por la International Society for Sexual Medicine, solo entre un 10%-50% de las mujeres eyaculan con frecuencia, así que, "si no has experimentado la expulsión de líquido alguno durante el sexo o el orgasmo, no es significativo. Por otra parte, en el 'squirting', el líquido expulsado es una composición de glucosa y fructosa, entre otros (y aclaro que no es orina, aunque contiene residuos de urea). Parece agua clara, y la sensación física es como si estuvieras haciendo pis. Cuando esto ocurre, tampoco significa siempre que se esté teniendo un orgasmo pese a que, por lo general, van asociados", concluye Ferreiro.
APUNTES ADICIONALES SOBRE EL 'SQUIRTING'
La acción, tan mitificada por la industria pornográfica, es mucho más natural que la manera en la que se presenta. La sexóloga Ruth González, de Terapia Sexo, contaba sobre el 'squirting' que las mujeres "tenemos la capacidad de provocar un 'squirting' cuando queramos, pero suele ser involuntario. Si se quiere probar, recomiendo intentarlo a solas, a través de la masturbación".
Por su parte, Ferreiro explica que se podría hacer en 3 pasos. "Primero, hay que relajarse y no pensar que ese es el objetivo. A continuación, se debe estimular el clítoris y, cuando estemos excitadas, el punto G, que se localiza dentro de la vagina en la pared frontal, a unos de 3 a 5 cm desde su abertura en la vulva". Aunque González apunta que, "si no se ha conseguido de manera involuntaria nunca, es muy difícil llegar a tener uno".
No hay comentarios:
Publicar un comentario