El punto G (o zona de Grafenberg), un sitio muy sensible, que si se sabe explorar, puede provocar orgasmos de dimensiones no experimentadas. Sin embargo muchos se niegan a descubrirlo por considerarlo antihigiénico o "por miedo a perder parte de su masculinidad" (ya sean héteros, bisex, gays, pansexuales, etc), pero para quienes ya han experimentado este mágnifico encuentro no dudan en repetir esta experiencia extremadamente satisfactoria.
¿Dónde está? pues en la próstata, glándula que genera el líquido seminal que transporta a los espermatozoides. Esta parte al recibir un adecuado masaje, provoca orgasmos muy intensos. Aquel punto G está dentro del recto.
Introduciendo con mucho cuidado un dedo por el conducto anal, guíandolo hacia su pared frontal; es la forma de encontrarla. Lo puedes encontrar sólo o con alguien más, pero siempre con las manos limpias y sin uñas largas. El uso de agua o lubricante es importante.
Esto te hará sentir inolvidables e intensas sensaciones... ¡no lo reprimas! (El ano tiene muchas terminaciones nerviosas, lo cual, esto también hará parte del gran placer que sentirás).
La próstata obviamente tiene terminaciones nerviosas que si se estimulan con una suave caricia, se puede provocar una erección.
EL PUNTO G DE LA HEMBRA HUMANA (aparte del clítoris)
Uno de las muchas zonas sensibles de la anatomía de la hembra, el punto G (o zona de Grafenberg), propicia un orgasmo más vigoroso y satisfactorio, y es posiblemente la causa de sus eyaculaciones. Puerta de paraíso para algunxs, un gran desconocido para otrxs. Es una auténtica bomba de placer. Alcanzarlo te hace volar hasta el olimpo de los dioses.
¿Dónde está? pues se halla ubicado a lo largo de la parte superior frontal de la pared vaginal, avanzando unos cinco centímetros hacia el estómago. Tal estimulación requiere un empuje en cierto modo opuesto al que se necesita para lograr la máxima excitación clitorial.
La mejor forma de localizarlo es insertar uno o dos dedos algo doblados hacia arriba. Realice un movimiento como queriendo decir con un gesto “ven aquí”. El área es del tamaño de un pequeño garbanzo pero que al excitarse adquiere el tamaño de una nuez y es probable que al ser estimulada sientas necesidad de orinar. Eso es porque al igual que la próstata cuando se agranda presiona nervios que controlan la vejiga urinaria. Si continúa la estimulación la molestia es reemplazada en muchas mujeres por una sensación placentera.
Puedes localizarlo tú o con alguien más, pero siempre con las manos limpias y sin uñas largas. El uso del agua o del lubricante es necesaria.
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