Una buena comunicación de la pareja fuera de la alcoba, tiene una influencia decisiva en sus relaciones más íntimas...¿Qué prefiere, que el sexo sea una costumbre o se convierta en todo un acontecimiento? ¿Le gustaría que sus encuentros amorosos tuvieran un poco más de ‘sal y pimienta’, en vez de ser sosos como ahora? ¿Quiere dejar de lado el apocamiento sexual pero no sabe como ‘lanzarse más’ en ese terreno?.
¡Buenas noticias!: al igual que sucede con la timidez en los contactos sociales que afecta a muchas personas en su vida diaria, la timidez amorosa también puede eliminarse o, al menos, reducirse, si se aplican una serie de sencillas medidas.
La timidez social impide a una persona hablar en público, tomar contacto con desconocidos, presentarse ante los demás, divertirse en una fiesta o defender sus puntos de vista en una reunión. Por su parte, la timidez sexual, le impide probar lo desconocido, compartir nuevas experiencias con la persona amada y dar rienda suelta a su espontaneidad y disfrute.
“En materia amorosa, la imaginación y el arrojo suelen ser preferibles al retraimiento y la rutina”, según explica el ‘coach’ (entrenador emocional) Chema Sanz, quien afirma que “la gratificación diferida es una de las mejores formas de juego previo que existen. El amor y el sexo son siempre más satisfactorios cuando hay obstáculos que superar”.
“Precisamente dejar algo para luego y sentir que la relación es algo que hay que ganarse, son dos de las actitudes que más encienden y alimentan la posterior osadía amorosa”, señala este experto en armonía sexual y facilitador de relaciones personales
(www.facebook.com/chema.sanz).
De acuerdo a Sanz, “tanto si se trata de cortejar a una nueva persona como si intentamos conectar con nuestra pareja estable cuyo cuerpo conocemos palmo a palmo, todo comienza por captar la mirada de ese desconocido o ser amado al que se conoce desde hace meses o incluso años”.
“Hay que hacer contacto ocular directo. Cuanto más tiempo haga que se conoce a la persona que se mira, más tiempo se podrá mantener su mirada. Aunque obviamente, no se trata de iniciar un concurso de miradas fijas o ver quién aguanta más sin bajar los ojos, sino de mirar con discreción y naturalidad, intentando conectar de corazón con el otro”, señala Sanz.
“Cuando ya se está conversando con la persona amada o que se desea conquistar, hay que girar el cuerpo hacia nuestro objeto de deseo, manteniendo el contacto ocular, sin mirar por encima de su hombro o hacia los alrededores, inclinándose hacia esa persona”, señala el experto.
Según Sanz, “entonces llega el momento de tocar casualmente el brazo del otro en señal de acuerdo, y prestar atención a su respuesta corporal (de aceptación, rechazo o indiferencia) y, si es receptivo al contacto, acercarse un poco pero sin invadir su espacio personal: aquel que queda dentro del alcance de los brazos extendidos de la otra persona”.
Para Sanz, “la mejor forma de trasmitir interés romántico, y de encender el interés sexual, consiste en hacer preguntas a nuestra pareja o candidato a serlo, y escucharla, atendiendo de verdad a sus respuestas. El arte de la conversación es simplemente escuchar, algo tan básico como inusual”.
“Además de entretener a la pareja hay que hablarle sobre nosotros, sobre nuestra vida, preferencias, ideas, despertando su interés por conocernos. La charla aguda y el sentido del humor pueden ser tan sexys, como el cuerpo más bonito. Todo se resume en estar atento al otro y a la charla y en seguir su curso natural”, señala el experto en relaciones de pareja.
Cuando las palabras parecen torpes o inadecuadas, un regalo puede hablar por nosotros. “Los seductores hacen saber al otro que les enloquece y los obsequios sensuales son un recordatorio de que esa persona sigue causando el mismo efecto y parecen decir: el tiempo lejos de ti lo he pasado pensado en cómo complacerte”, explica Sanz.
“Los regalos no hace falta que sean caros, ni tradicionales pero han de satisfacer los deseos y gustos del otro. Si se busca un regalo relacionado con el sexo, ha de ser selecto y con una presentación exquisita. En todo caso, el regalo debe ser una ofrenda hacia el ser amado, y nunca con la expectativa de obtener un encuentro íntimo a cambio”, señala.
“Las miradas cómplices, una conversación atenta y un regalo bien elegido, pueden elevar la temperatura de los corazones, acercar intensamente a quienes se aman y preparar el terreno para conseguir que sus encuentros íntimos se conviertan en una experiencia inolvidable”, finaliza Sanz.
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