“No podemos llegar a segunda base tranquilos, porque en cualquier momento aparecen mis gemelos a medianoche pidiendo acostarse con nosotros”, Claudia, 28 años. “Ni siquiera podemos ver películas subidas de tono por miedo a que mis niños nos pillen con imágenes extrañas en la tv”, Sandra, 37.
Fuertes confesiones de un grupo de mujeres que al nacer sus hijos vieron cómo su vida sexual desaparecía, incluso como su relación de pareja se hacía trizas en post de una crianza segura.
Un fenómeno cada vez más común que hoy se discute entre las amigas, y busca solución en la consulta de un sicólogo para retomar el romanticismo del pololeo y la pasión de los primeros años de matrimonio.
“Las parejas tienen como trabajo preservar su intimidad, por algo la pareja implica un máximo de dos. Pero la mayoría de los matrimonios comienza a poner las exigencias de los niños como una excusa para evadir los encuentros sexuales. Sin darse cuenta ponen al niño como un intermediario para no interactuar con la pareja, una solución incluso validada socialmente”, explica la sicóloga Gabriela Manitta, de la Universidad Andrés Bello.
Una excusa familiar que tiene un trasfondo mucho más oscuro que el llanto o las mañas de un bebe. Problemas que ni siquiera la pareja sabe que tiene, por lo que indica como primer culpable a los hijos.
“Es fundamental que la madre aprenda a diferenciar el cuidado del niño y el deseo como mujer, entregando el tiempo necesario para ambas”, aconseja Manitta.
Una receta que también funciona a la inversa. “Los hombres pueden estar estresados por el trabajo o no saber relacionarse con la pareja después de un parto reciente por temor a dañarla o por cambiar su imagen de mujer a madre, poniendo como excusa a los niños. Situaciones comunes, pero de las que se tiene miedo a conversar”, cuenta la sicóloga.
Excusas que se agravan cuando se tiene hijos menores de seis años y peor aún si se vive con otras personas ajenas al núcleo familiar, asegura Manitta.
Por ello, cuando no se tiene acción en la cama por un supuesto dolor de cabeza o por las infinitas necesidades infantiles de los hijos, ponga un alto, converse con su pareja y ponga en práctica los siguientes tips:
-Cerrar la puerta del dormitorio principal: La habitación de los padres debe ser un lugar delimitado, un espacio de intimidad reservado sólo para la pareja explica Gabriela Manitta. Por ello, cerrar la puerta cada noche es crear una barrera sicológica de privacidad para los menores. “Si se tiene miedo por posibles problemas en la pieza de los niños siempre es útil un intercomunicador por el cual se puede escuchar hasta el más mínimo ruido”, asegura la experta en sexualidad.
-Dormir totalmente desnudos: Invierno y verano, frío o calor las parejas pueden probar acostarse sin ropa y ver que sucede con el roce de los cuerpos bajo las sábanas. Un remedio que puede ser difícil de implementar al principio, pero que trae grandes frutos con el tiempo.
-El día D: Para los más románticos o también para los trabajólicos, crear el “día del amor” puede ser una solución efectiva. Un día en la semana donde sin excusas se entreguen a los placeres carnales, en el cual pueden pedir ayuda de una niñero o familiar para delegar las responsabilidades de los hijos, y desconectarse de la realidad puede ayudar a crear mayor intimidad y complicidad con el ser amado.
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