La introducción del azúcar dejó de lado el uso de otros productos naturales de gran poder nutritivo como son los llamados frutos de la colmena. No obstante, la miel de abeja ha sido muy apreciada a lo largo de la historia, no únicamente por sus cualidades nutritivas y su contenido en sustancias esenciales para la salud – vitaminas, minerales y oligoelementos- sino también por sus propiedades energéticas y curativas.
Este producto dorado es un bálsamo para el corazón sobre el ritmo cardíaco, al tiempo que favorece el riego coronario, es decir, la cantidad de sangre que llega al corazón a través de las arterias. Por este motivo, la miel está especialmente recomendada para personas con insuficiencia coronaria y con riesgos de padecer angina de pecho o infarto de miocardio.
Un poderoso antiséptico
La acción reconstituyente de este producto natural de la colmena resulta especialmente utíl en aquellas personas que padezcan o hayan sufrido un proceso de anemia o una enfermedad infecciosa. Una dosis de 50 a 100 gramos de miel, en sustitución del azúcar, aportará sales minerales, valiosos nutrientes y un mineral esencial para nuestro organismo, el hierro. El hecho de que la miel produzca una secreción bronquial más fluida la hace especialmente efectiva en el tratamiento de los catarros de faringe, tráquea y bronquios.
Miel a la carta
Existe un sinfín de tipos de miel.
- Miel de encina: es una miel de sabor fuerte y textura espesa, ideal para elaborar cataplasma que acelerarán la cicatrización de las heridas.
- Miel de espliego: miel muy pura de consistencia fluida. Es un calmante de la tos y las irritaciones de la garganta.
- Miel de eucalipto: de color pardo intenso y sabor muy fuerte. Es beneficiosa para el sistema respiratorio. Favorece, también, la expulsión de cálculos renales.
- Miel de romero: la mejor es la de tonalidad blanca. Tiene efectos protectores del hígado, además de calmar la tos. Esta miel es un poderoso tónico regenerador.
- Miel de tilo: sus colores van del verde al negro. Es diurética, inductora del sueño y calmante en caso de jaquecas y dolores gástricos.
- Miel de tomillo: de color amarillo oscuro y sabor fuerte, ayuda a combatir el cansancio físico y mental. Es muy recomendable en caso de bronquitis.
- Miel de encina: es una miel de sabor fuerte y textura espesa, ideal para elaborar cataplasma que acelerarán la cicatrización de las heridas.
- Miel de espliego: miel muy pura de consistencia fluida. Es un calmante de la tos y las irritaciones de la garganta.
- Miel de eucalipto: de color pardo intenso y sabor muy fuerte. Es beneficiosa para el sistema respiratorio. Favorece, también, la expulsión de cálculos renales.
- Miel de romero: la mejor es la de tonalidad blanca. Tiene efectos protectores del hígado, además de calmar la tos. Esta miel es un poderoso tónico regenerador.
- Miel de tilo: sus colores van del verde al negro. Es diurética, inductora del sueño y calmante en caso de jaquecas y dolores gástricos.
- Miel de tomillo: de color amarillo oscuro y sabor fuerte, ayuda a combatir el cansancio físico y mental. Es muy recomendable en caso de bronquitis.
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