La inscripción ayer de la primera dama Margarita Cedeño de Fernández como precandidata presidencial del Partido de la Liberación (PLD), ha desatado una suerte de tormenta en el Comité Político de esa organización, algunos de cuyos integrantes presionan para que decline tal designación.
La precandidatura de la señora Cedeño de Fernández fue aprobada por el 62 por ciento de los miembros del Comité Central peledeísta que también ratificó la nominación de otros seis aspirantes.
A pesar de que esa escogencia no viola o transgrede los estatutos del PLD y que se produjo sin evidentes vicios de consentimiento, sectores que se definen como mayoritarios dentro del CC del partido morado, reclaman que ella resigne esa precandidatura.
Dentro y fuera del PLD se promueve el criterio de que la promoción de la esposa del presidente Leonel Fernández causaría fisura al interior de esa organización o de que el mandatario intentaría inclinar la balanza en su favor.
Las posibilidades de que durante el proceso electoral del PLD se produzca alguna grieta en la unidad partidaria o de que se denuncie uso recursos del poder, serían similares con o sin la precandidatura de la Primera Dama.
En vez de intentar impedir que ella pueda optar por la nominación presidencial, la dirección del PLD debería exigir al presidente Fernández que honre su promesa de constituirse en árbitro imparcial en la campaña interna del PLD.
La Constitución de la República confiere derecho a la doctora Cedeño y a cualquier otro ciudadano a elegir y ser elegido, con las únicas limitantes que señale la ley, por lo que a nadie en el Comité Político del PLD le asiste derecho de revertir lo decidido de manera libérrima en el Comité Central. Máxima instancia partidaria.
Duele decirlo, pero a élites políticas, económicas, mediáticas y religiosas les complace pregonar democracia en calzoncillos, por lo que derechos civiles y políticos inalienables carecen de valor cuando afecta sus intereses. Es el caso de quienes sin ningún motivo jurídico ni político objetan la nominación de la doctora Cedeño de Fernández.
No hay comentarios:
Publicar un comentario