Las redes sociales no sólo se han convertido en un espacio propicio para el intercambio de información o de sentimientos sino que ha posibilitado el reencuentro de aquellas personas de más de 25 años que vuelven a saber de sus viejos compañeros de liceo, de universidad o de trabajo. El tema podría quedar allí, en la alegría que encontrarse con personas vinculadas al pasado y, en general, a momentos felices de nuestra adolescencia.
Sin embargo, esto también abrió otra puerta. Miles de relaciones de todo tipo se gestan a partir de estos encuentros que pueden ser tanto laborales como sentimentales. En algunos casos, será con personas que lleguen a partir de amigos o conocidos pero otras serán personas que han tenido que ver con nuestro pasado y hoy se cuelan en nuestro presente con una ventaja: ya hay un camino recorrido juntos. Y la nostalgia se hace presente.
Hay una porción de pasado en común y, si está vinculado a recuerdos felices, por qué no habilitar otras puertas y otro tipo de relaciones. Las redes sociales tipo Facebook nos permiten espiar la vida de otros pero también empezar a participar de la misma. Y así, en un ir y venir de mensajes y “estados”, se inician diálogos que despiertan sensaciones y si se logra trascender el universo virtual, eso puede llegar a convertirse en algo más. Sólo es cuestión de animarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario