El presidente del comité Nobel, Thorbjoern Jagland, ha pedido hoy a China la liberación del disidente Liu Xiaobo durante la simbólica ceremonia a la que el premiado no ha podido asistir
El presidente del comité Nobel, Thorbjoern Jagland, ha pedido hoy a China la liberación del disidente Liu Xiaobo, Nobel de la Paz 2010, durante la simbólica ceremonia que, sin la presencia de Liu, ha celebrado la entrega del premio en Oslo.
"Lamentamos que el laureado no esté presente aquí hoy. Está aislado en una prisión al noreste de China. Tampoco su mujer, Liu Xia, o sus familiares han podido venir", se lamentaba Jagland en un discurso en el que ha repasado la ausencia de otros premiados. Y en el que ha insistido: «Este premio nunca ha querido ofender, sino hablar de la relación entre derechos humanos, democracia y paz».
Junto a una silla vacía y una gran foto de Liu, Jagland ha recordado a todos aquellos que, como él, han luchado por la democracia.
La ausencia de Liu, como la de Walesa
Jagland ha comparado la ausencia del activista chino en la ceremonia de entrega de los premios con la de otros destacados disidentes del pasado que tampoco pudieron recibir personalmente el galardón, comoAung San Suu Kyi, Andrei Sajarov o Lech Walesa.
"Este hecho por sí solo ya demuestra que este premio es necesario y apropiado", aseguró el presidente, quien recordó que ha habido numerosas ocasiones en el pasado en las que no se permitió asistir al galardonado. "Hubo muchos problemas en 1935, cuando el Comité concedió el premio a Carl von Ossietzky", explicó.
El dictador alemán Adolf Hitler "se puso furioso y prohibió que ningún alemán aceptase el Premio Nobel". "Ossietzky no vino a Oslo y murió apenas un año más tarde", recordó.
"Hubo una considerable indignación en Moscú cuando Andrej Sajarov recibió el premio en 1975. También se le prohibió recibir el galardón en prisión y envió a su esposa", prosiguió. "Lo mismo hizo Lech Walesa en 1983", agregó.
"Las autoridades birmanas se pusieron furiosas cuando Aung San Suu Kyi recibió el Premio de la Paz en 1991", señaló. Por tanto, "una vez más, el laureado no ha podido venir a Oslo".
La lucha de quien asume riesgos
"En 2003, Shirin Ebadi recibió el Premio Nobel de la Paz. Ella sí vino. Se podrían decir muchas cosas sobre la reacción de las autoridades iraníes, pero el embajador iraní al menos asistió a la ceremonia", afirmó.
"El hecho es que este premio nunca se ha concedido para ofender a nadie", declaró Jagland. "La intención del Comité Nobel ha sidopronunciarse sobre las relaciones entre los Derechos Humanos, la democracia y la paz", añadió. El Premio de la Paz "ha sido importante para recordar al mundo que los derechos ampliamente compartidos en la actualidad son el resultado de la lucha y el éxito de personas que asumieron grandes riesgos", manifestó. "Ellos lo hicieron por los demás. Es por ello que Liu Xiaobo merece nuestro apoyo", aseveró.
«No tengo enemigos»
Al terminar el discurso del presidente, la actriz noruega Liv Ullmann ha leído la exposición final de Liu Xiaobo durante su juicio. "No tengo enemigos". Así comenzaba el texto que Liu leyó en el tribunal el 23 de diciembre de 2009. Dos días después fue sentenciado a 11 años de prisión por “incitar a la subversión contra el Estado”. Su delito: ser el cerebro de la “Carta 08”, un manifiesto por la democracia que se inspira en la “Carta 77” escrita ese año en Checoslovaquia contra la ocupación soviética.
"No tengo enemigos ni odio. Ninguno de los policías que me arrestaron e interrogaron, ninguno de los fiscales que me acusaron ni de los jueces que me juzgaron son mis enemigos. Y aunque no puedo aceptar sus arrestos y veredictos, respeto su trabajo e integridad", escribió Liu.
"Una mentalidad enemiga envenena el espíritu de una nación, incita a crueles luchas mortales, destruye la tolerancia e humanidad, cercena el progreso hacia la libertad y la democracia. Por eso miro el desarrollo y la democracia en nuestra nación, y cambio odio por amor".
Liu aseguró que cree firmemente que el progreso político de China no parará. Y dijo estar lleno de optimismo en el futuro de una China libre. "No hay nada criminal en nada de lo que he hecho, pero si se me acusa, no tengo que queja".
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