Setenta por ciento de su ingesta es conservado por los huesos. El resto permanece en la sangre y los tejidos blandos. Aun así, el tejido muscular contiene más magnesio que calcio.
Aunque de todos los minerales es el menos dispensable, es bueno tomarlo. Porque con la edad lo absorbemos cada vez menos. Y, bueno, así llega la osteoporosis y muchas otras enfermedades. Tomarlo ayuda a ordenar al organismo. Sobre todo cuando padeces una enfermedad y de alguna manera quieres conseguir una cura integral. Ayuda a combatir calambres, temblores, pérdida de la memoria, rigidez, el endurecimiento de las arterias. De esta manera, reanima los órganos por la sencilla razón de que purifica la sangre. Entonces también se revitaliza el cerebro y hasta retrasa el envejecimiento. Porque combate la malformación celular. ¡Sí! ¡También previene el cáncer! Cuando el cuerpo está adecuadamente mineralizado, queda libre de casi todas las enfermedades.
Su ingesta no es tóxica ni crea adicción. Tampoco se le conocen contraindicaciones ni interfiere con medicamentos. El error sería no consumirlo. Oye, previene infartos. Fíjate que se han realizado muchos estudios y se ha comprobado que las poblaciones que consumen agua rica en este mineral, reducen el riesgo cardiovascular hasta en 80 por ciento. ¡Y eso no es todo! Previene la artritis porque no deja que el ácido úrico se deposite en las articulaciones. Regula la presión arterial, modera algunos problemas digestivos y desordenes intestinales. También se ha comprobado su efectividad en el tratamiento de Alzheimer, asma, arritmia, fatiga y estrés. Hay casos donde literalmente ha curado problemas de próstata.
Ahora, aunque no existen restricciones, el producto puede causarte intolerancia y provocarte colitis o insuficiencia renal. En caso de la colitis, puedes utilizarlo, pero en menor cantidad. En caso de insuficiencia renal, es mejor que esté administrado sólo bajo estricta vigilancia médica. No posee contraindicaciones distintas a las mencionadas por ser un alimento y no un medicamento. De cualquier manera, evita los excesos.
¿Ya estás listo para consumirlo? ¡Perfecto! Lo puedes conseguir en la farmacia. De hecho te recomiendo que sólo lo compres ahí. Ni se te ocurra comprarlo si viene en una bolsita común y sin nombre por los riesgos que obviamente
esto implica. Diluye 30g. en un litro de agua y tómate un vasito tequilero en la mañana y otro por la noche. Ahora, no lo mezcles con metal para que conserve sus propiedades.
Si lo consigues en pastillas está mejor porque te evitas el sabor amargo. Un litro de agua y colocarlo en un frasco o recipiente de vidrio, no metal, no plástico, porque el vidrio conserva sus propiedades.
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