El rescate de 44 niños haitianos a los que una banda de forajidos obligaba a mendigar en las calles, pone al descubierto un escandaloso caso de esclavitud infantil que refleja la debilidad del control migratorio nacional.
Los infantes, 37 varones y siete hembras, diez de los cuales tienen menos de un año de edad, fueron localizados en el interior de una supuesta guardería de Los Alcarrizos, donde fueron apresados 40 haitianos adultos indocumentados.
Aterra e indigna saber que esos niños eran retenidos en virtual situación de esclavitud por una banda de salvajes que los distribuía junto a mujeres haitianas por todo Santo Domingo con fines de recaudar dinero mediante la mendicidad.
Esos niños padecieron hambre y estuvieron expuestos a agua, sol y sereno, así como al peligro de sufrir un accidente en medio de las avenidas donde solicitaban limosna a conductores.
Tan desolador cuadro se reedita en Santiago, La Romana y otros municipios, lo que hace presumir que las bandas que trafican con niños haitianos poseen mayores ramificaciones.
Menores y mayores usados por redes mafiosas para mendigar son reclutados en Haití e introducidos ilegalmente por la frontera, sin que se pueda precisar tipos de complicidades del lado dominicano.
Lo que Migración encontró en una vetusta casa de Los Alcarrizos parece extraído de una novela de terror: decenas de niños y niñas desnutridos que los adultos ofrecían en alquiler a una corporación criminal que los usaba para recaudar dinero mediante la mendicidad.
Las autoridades están compelidas a profundizar las investigaciones y descubrir todo el telón de tan vergonzante episodio, para que los responsables y mentores de esa repugnante red criminal sean sometidos y condenados a largos años de prisión.
El drama de niños haitianos obligados a mendigar pone al desnudo la carencia de voluntad política para aplicar efectiva política de control migratorio.
Además de foco de infección sanitaria, la frontera terrestre es hoy paso libre hacia la esclavitud infantil, drogas, armas y prostitución, todo amparado en extendida corruptela y no disimuladas conveniencias políticas y corporativas.
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