Debido a la diferencia horaria, el sismo se produjo a las 14:54 horas de Japón (06:54 gmt) (02:54 hora boliviana) cuando los habitantes de sus ciudades de la costa trabajaban y los estudiantes retornaban a sus casas.
Las autoridades niponas han calificado este hecho como el peor desastre de su historia, una vez que el terremoto se produjo en el Pacífico y avanzó hasta las ciudades dejando tras de sí la destrucción y la muerte.
Peor aún, se temen que este sismo tenga réplicas graves las próximas horas en la misma zona y en otras naciones, como Hawai, Australia, Rusia, México, Costa Rica y hasta Chile.
Un informe de las cadenas mundiales de televisión señaló que en Hawai comenzaron a sonar las sirenas y los medios de comunicación alertaron a la población que se retire a los refugios hasta que pase el temporal.
Los primeros reportes dieron cuenta de decenas de muertos y desaparecidos, además de miles de incendios y edificios que se desplomaron.
Como emergencia del problema cuatro plantas nucleares fueron cerradas en Japón, al igual que el transporte aéreo, ferroviario y terrestre.
Las autoridades japonesas han pedido a los habitantes de Tokio que permanezcan en el centro de la ciudad y no traten de llegar a sus casas si viven en las afueras.
El terremoto ha sido mayor que el que en 1923 se produjo en Tokio, de 7,9 grados, que causó la muerte de más de 140.000 personas, si bien entonces las infraestructuras de Japón no estaban tan preparadas como ahora para afrontar los temblores.
El sismo tuvo su epicentro en el Océano Pacífico, a 130 kilómetros de la costa de la provincia oriental de Miyagi y a una profundidad de 20 kilómetros.
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