La revista Cosmopolitan publicó en su última edición española una guía para que estos sensibles y ovalados amigos dejen de ser los olvidados, que sólo miran como todo lo bueno pasa frente a sus narices.
Los testículos pueden ser la metáfora perfecta de lo que aquella cosa llamada amor puede generar en el ser humano: un indescriptible y gigantesco dolor, o un placer al cual es difícil resistirse. Pensando en este ambiguo panorama, la última edición española de la revista Cosmopolitan lanzó un detallado instructivo para que, en manos de una delicada amante, aquella sensible zona de la anatomía masculina se transforme en una fuente nada más que de goce.
El artículo de la revista femenina cita a la escritora Tracey Cox, autora del libro Supersexo (Pearson Educación), con el primer consejo para calentar motores pensando en integrar a los delicados óvalos masculinos al juego amatorio. La idea que sugiere Cox es comenzar colocando la mano bajo los testículos y pesarlos con delicadeza, para medir al varón: “Cuanto más ligero sea el contacto, más exquisita será la sensación”, explica.
“No es muy frecuente la estimulación de los testículos en las parejas chilenas”, dice elsexólogo Mauricio Salas (www.urologiaysexologia.cl), quien asegura que en las parejas promedio nacionales existe una cierta aprehensión con el tema. Ésta se adquiere de aquellas dolorosas experiencias que han tenido a casi todos los varones pidiendo agüita en el suelo, por culpa de algún desafortunado golpe. Es, por lo mismo, que para empezar a jugar “es necesario ir generando una cultura erótica en la pareja”.
UN TEMA DELICADO
¿Conoce usted esas bolas antiestrés que al ser apretadas permiten liberar la tensión acumulada? Pues bien, esas son de material sintético, por lo tanto su trato no es el mismo que hay que darles a las del temerario amante que tenga al frente. Por lo mismo, a la hora del siempre bienvenido sexo oral de tipo clásico- francés (o sea, con el pene como protagonista) es bueno hacer un cariñito en las gónadas, pero considerando que la presión no debe ser muy elevada. O sea, acercarse más a unas cosquillitas o un cariñito que a un manoseo a tontas y a locas.
“Los testículos tienen la sensibilidad de un órgano interno, pero que -para regular la temperatura en vista a la producción de espermios- necesitan estar fuera del cuerpo. Por eso son altamente sensibles tanto al placer como al dolor”, dice el doctor Salas. Es por eso que es tan importante la comunicación en la pareja, para que quien recibe el masaje sea claro en especificar si esta creativa expresión física de la buena onda y/o el “amors” resulta molesta o dolorosa.
¿CÓMO SE LLAMABA?
¿Sabe usted que aquella bolsa en la que vienen envueltos estos ovalados generadores de información genética se llama “escroto”? Esa es fácil. ¿Pero sabe usted qué es el “rafe”? Pues se trata nada menos que de la salomónica línea que separa el testículo izquierdo del derecho o, dependiendo de la posición de los amantes, el norte del sur.
Tanto el escroto como el rafe son zonas ricas en terminaciones nerviosas, por lo mismo, son puntos erógenos aprovechables en cualquier encuentro cercano del tercer tipo. En este marco, si se quiere usar la boca y la lengua más que para decir palabras bonitas de esas que llenen el corazón de alegría y buenos sentimientos, la revista Cosmopolitan recomienda dos cositas (léanse en voz de española cachonda):
-Primero: tomar el testículo izquierdo y besarlo en forma de círculo. Luego, pasarse derecho sin despegar la lengua, dibujando un 8 (ocho) sobre la superficie del escroto. No olvidar nunca al buen rafe que se encuentra al medio.
-Segundo: hacer sonidos guturales del tipo Mmmmmm o Rrrrrrrr para generar buenas vibraciones, tan necesarias en estos días. Y si lo que desea es “rozar el morbo”, puede decir el nombre del amante o mejor aún, leer en voz alta la introducción a la “Fenomenología del Espíritu” del filósofo Georg Wilhelm Hegel (en alemán, por supuesto).
GRAND FINALE
Finalmente las expertas de Cosmopolitan aseguran que si un hombre se está comportando demasiado como “torito de exposición”, el intercalar movimientos entre pene y testículos puede darle control a la mujer sobre la eyaculación masculina.
“Los testículos son de aquellas zonas del cuerpo que no están muy exploradas dentro de la cultura latinoamericana, que es más bien falocéntrica”, observa el sexólogo Salas. En este sentido, el especialista apunta a que “estas zonas erógenas se han ido descubriendo e integrando a la cultura occidental. Todo esto requiere un mayor grado de conocimiento del cuerpo”. Buena cosa para esta pareja de olvidados que miran desde abajo cómo todo lo bueno pasa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario