Actualmente, muchos de los embarazos son programados y la responsabilidad deser padres es una de las decisiones más trascendentales de nuestra vida. Pensemos que, ante todo, debe ser un gesto de amor: deseamos traer un nuevo ser al mundo para hacerle feliz. Entonces tú, futura mamá, debes empezar a cuidar tu salud por los dos: por ti y por el pequeño.
Hay que comenzar por desechar hábitos como eltabaco, el alcohol y el consumo de ciertas drogas. Por ejemplo, las mujeres que consumen alcohol con frecuencia tienen un riesgo elevado de que su bebé nazca con el llamado síndrome alcohólico fetal que causa serios efectos nocivos para la salud física y psíquica del chiquitín. Lo mejor es evitar el alcohol o reducirlo al máximo, consumiéndolo sólo ocasionalmente.
El tabaco es otro de los grandes enemigos. Fumar duplica el riesgo de un embarazo ectópico o extrauterino, con todas sus consecuencias; también puede ser responsable de un nacimiento prematuro y de un bebé con poco peso al nacer. Algunas observaciones epidemiológicas sugieren que consumir cocaína antes de la gestación triplica el riesgo de abortos espontáneos o bien que aparezcan malformaciones congénitas.
Por otra parte, es importante que las futuras mamás eviten los baños muy calientes, las saunas y los jacuzzis. Estas prácticas provocan que suba excesivamente la temperatura corporal y pueden hacer que el pequeño nazca con algún defecto del tubo neural, como por ejemplo con la espina bífida. Es importante prestar una especial atención en el primer trimestre y durante esas semanas en las que ignoramos que estamos embarazadas.
Es recomendable evitar el contacto con sustancias químicas peligrosas, tanto en casa como en el trabajo. Las mujeres que tengan alguna duda a este respecto en su ámbito laboral deben consultar al médico para informarse adecuadamente y acogerse a la protección de la ley.
Ciertos estudios han demostrado que trabajar con productos químicos como disolventes, que se emplean en muchas industrias, aumenta el riesgo de aborto espontáneo y fomenta la aparición de malformaciones fetales. De cara a un embarazo, las mujeres expuestas a estos disolventes deben reducir al máximo el tiempo de contacto con la sustancia, asegurándose de que el lugar de trabajo está bien ventilado y utilizando los equipos protectores que permita la normativa laboral.
Cuando tomas la decisión de tener un hijo es un buen momento para que te planteeshacer ejercicio físico regularmente. Esta saludable práctica ayuda a mantener o perder peso, libera estrés y fortalece el corazón y todo el sistema cardiovascular. Los resultados de algunos estudios sugieren que el exceso de estrés incrementa las complicaciones en el embarazo con resultados negativos como el aborto, el parto prematuro o un bebé con bajo peso.
Tras la gestación es también recomendable el ejercicio porque tiene efectos beneficiosos sobre las molestias propias de esta etapa, como los dolores de espalda, el estreñimiento, las alteraciones del sueño y las varices. Si deseáis realizar alguna tabla especial de gimnasia es aconsejable que lo consultéis primero con el médico. No obstante,el ejercicio más saludable y que nunca perjudica (salvo expresa prohibición médica) es andar media hora al día. Si el tiempo lo permite, es muy agradable pasear bajo el sol por un parque. También es conveniente hacerlo durante el día, con luz natural, ya que los rayos del sol favorecen la síntesis de vitamina D y la absorción intestinal del calcio. Ahora en verano, que vienen jornadas muy calorosas, podemos aprovechar las primeras horas de la mañana, cuando la temperatura es agradable.
Y si el embarazo nos sorprende, nunca es tarde para adoptar un estilo de vida saludable. Por supuesto, conviene acudir en seguida al ginecólogo para llevar un estricto control obstétrico durante los nueve meses. Es uno de los mejores regalos que podemos hacerle a nuestro bebé.
No hay comentarios:
Publicar un comentario