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martes, 1 de mayo de 2012
Noah, en la calle Del Sol, tiene menú internacional y música en vivo
Dónde comer no es problema en Santiago. La ciudad está poblada de lugares -y recetas - para satisfacer al comensal más cascarrabias. Hay franquicias internacionales, hornos con especialidad en comida fusión, italiana, francesa, española, criolla, en fin, de todo para halagar el paladar.
El dilema podría ser qué escoger y dónde sentarse. En los últimos años solo en dos calles del área metropolitana se contaron catorce restaurantes. Eso, sin incluir el entorno del Monumento, tapizado de espacios dónde comer, bailar, tomar.
Sentarse a la mesa es una de las mejores formas de socialización. Hay restaurantes –como el Pez Doradoque han permanecido y son parte de la tradición y patrimonio gastronómico de la ciudad. Otros, sobre todo en Los Jardines Metropolitanos, son de reciente inauguración con diseño minimalista y moderna ambientación.
Juan Díaz Tineo, director de la carrera de Administración Turística de Universidad O&M, informa que la oferta culinaria local se ha diversificado mucho. “Tenemos platos para todos los gustos”, reconoce el profesor.
Ahora bien, la permanencia de muchos restaurantes que inician siendo el “punto social” y de pronto lucen desolados, es para analizar. De acuerdo a Juan Díaz, hace falta que la gerencia de los establecimientos entiendan que la calidad del servicio es pase seguro a la estabilidad.
Se queja de que la mayoría apueste a ganar adeptos en base a la experiencia de 20 años en vez de pagar mejor e invertir en la preparación del personal.
“Deben hacerse cambios para la nueva generación de comensales”, declara, antes de reconocer que el Pez Dorado mantiene su calidad, tiene clientes de hace décadas pero no se está alistando para conquistar nuevos visitantes o la descendencia de quienes van.
La vestimenta es tan importante como la forma en que el personal interactúa con las visitas. También vale el tiempo de salida de un plato y la fachada del lugar.
Para Díaz, no importa que el menú sea restringido, si el plato no tarda. “Es mejor tener pocas opciones pero seguras. A veces con un menú limitado, tenemos la facilidad en almacén para brindar un servicio rápido”.
Cita a Square One, donde la comida la ofrecen estudiantes universitarios. “Esos jóvenes se entrenan en el servicio y lo viven. Eso genera un cliente satisfecho”.

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